Por JUAN O. TAMAYO
jtamayo@elnuevoherald.com
Un grupo de prominentes intelectuales y líderes afroamericanos condenó públicamente por primera vez el historial de derechos humanos de Cuba, exigiendo que La Habana ponga fin a su "insensible desprecio'' por los cubanos negros. También declaró que "debe enfrentarse el racismo en Cuba''.
"Conocemos de primera mano las experiencias y consecuencias de negar las libertades civiles por razones de raza'', expresó el grupo el lunes en una declaración. "Por esa razón nos sentimos más obligados a expresar nuestra opinión sobre lo que está sucediendo a nuestros hermanos cubanos''.'
Entre los 60 firmantes de la declaración están Cornel West, profesor de la Universidad de Princeton; la actriz Ruby Dee Davis, el director cinematográfico Melvin Van Peebles, la ex legisladora surfloridana Carrie Meek y Jeremiah Wright, antiguo pastor del presidente Barack Obama en Chicago
.
La Declaración de Apoyo de los Afroamericanos por la Lucha de los Derechos Civiles en Cuba, de cuatro páginas, exige que Raúl Castro ponga fin "al innecesario y brutal acoso de los ciudadanos negros en Cuba que defienden sus derechos civiles''.
"No podemos quedarnos callados ante el aumento de las violaciones de los derechos civiles y humanos de los activistas en Cuba que tienen el valor de alzar sus voces contra el sistema racial de la isla'', agregó la declaración. "Ultimamente, estos defensores aislados y valerosos de los derechos civiles han sido objeto de violencia no provocada, intimidación de las autoridades y prisión''.
La declaración pudiera agregar nuevas y poderosas voces al coro que presiona por cambios en la isla, donde los negros son 62 por ciento de los 11.4 millones de habitantes, pero tienen una representación baja en la dirección política, académica, científica y otros sectores.
Esto es histórico'', dijo Enrique Patterson, escritor afrocubano de Miami. Aunque los exiliados cubanos, predominantemente blancos "se han tratado de acercar a estas personas, la credibilidad es lo que ha faltado. Ahora los [afroamericanos] están escuchando''.
Una nota de prensa que acompañó a la declaración reconoció que "tradicionalmente los afroamericanos han tomado partido por el régimen de Castro y condenado las políticas de Estados Unidos, que tienen el objetivo explícito de derrocar al gobierno cubano''.
Pero recientes cambios en las percepciones de los afroamericanos sobre Cuba, el crecimiento del activismo racial en la isla y las constantes quejas de discriminación racial han creado la necesidad de una declaración, dijeron activistas cubanos y estadounidenses vinculados con el documento.
Más afroamericanos viajan a Cuba y han podido "ver la situación de primera mano'', expresó David Covin, uno de los organizadores de la declaración y ex presidente de la Conferencia Nacional de Politólogos Negros de Estados Unidos.
El aumento en la cantidad de cubanos que se identifican como activistas de los derechos raciales también ha llevado a que más afroamericanos presten atención a los temas en la isla, dijo Covin, profesor emérito de la Universidad Estatal de California en Sacramento, en declaraciones a El Nuevo Herald.
Ambos desarrollos han ayudado a crear "una masa crítica de personas que han roto con la tradición de apoyo [a Cuba] en la comunidad negra'', agregó Covin.
Al mismo tiempo, activistas afrocubanos han presentado su batalla más como un asunto de derechos civiles'' que de "derechos humanos'', dijo Victoria Ruiz-Labrit, portavoz en Miami del Comité Ciudadanos por la Integración Racial, con sede en Cuba,
"El tema de los derechos humanos no tomó en cuenta el asunto racial, y ahora hay una evolución'', agregó Ruiz-Labrit. "Los afrocubanos se han acercado al término derechos civiles' porque esos son los derechos en los que hizo énfasis el movimiento en Estados Unidos: los temas raciales''.
Alberto González, portavoz de la misión diplomática de Cuba en Washington, dijo que era absurdo'' acusar de racismo a un gobierno cubano "que ha hecho más por los negros cubanos que cualquier otro en todas las áreas, como la salud, la educación y el bienestar''.
Según González, la declaración de los afroamericanos fue "parte de una campaña de subversión contra Cuba'', creada para afectar el gobierno del primer presidente afroamericano de Estados Unidos.
La declaración también exigió la liberación inmediata del médico Darsi Ferrer, un conocido activista, encarcelado desde julio mientras las autoridades investigan cargos de posesión ilegal de dos sacos de cemento. La declaración calificó a Ferrer de prisionero político.
Los afroamericanos agregaron que aunque apoyan el derecho de Cuba a la soberanía "y repudian firmemente cualquier intento de afectar tal derecho'', no "pueden permitir que los dedicados activistas pacíficos de derechos humanos en Cuba, así como la población negra en general, sean tratados con un desprecio insensible por sus derechos como ciudadanos y como el segmento más marginado de la población en la isla''.
"El racismo en Cuba, como en cualquier parte del mundo, es inaceptable y debe ser enfrentado'', expresó la declaración.
En un documento aparte con información básica emitido con la declaración se señaló que los negros cubanos constituyen casi el 85 por ciento de la población penal, pero sólo el 20 por ciento de los profesores de la Universidad de La Habana y sólo el 2 por ciento de los dueños de tierras privadas.
La declaración fue impulsada fundamentalmente por Carlos Moore, un autor cubano altamente considerado que vive en Brasil y ha criticado la discriminación racial en Cuba por años.
Moore persuadió a Abdias Nascimiento, uno de los fundadores del movimiento negro de Brasil y defensor de Castro, de enviar a Raúl una carta este año en la que denunciaba el racismo en Cuba, y entonces apeló a sus amigos y contactos en la comunidad afroamericana para sumarlos al esfuerzo.
"Sin esta figura histórica nadie habría escuchado'', dijo Patterson, quien pronosticó que otros afroamericanos destacados pronto agregarán su firma al documento.
(Fuente: El Nuevo Herald)
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